Parecía que lo peor había terminado.
Tras dos años interminables de pandemia, los vuelos por todo el mundo se dispararon otra vez este verano, millones de personas hicieron sus maletas y se fueron a los aeropuertos de todos lados en busca de nuevos destinos, reencuentros y aventuras.
Las aerolíneas, una de las principales afectadas por las cuarentenas del covid con miles de vuelos cancelados, aviones sin pasajeros y despidos masivos, volvían a recuperarse y algunas reportaban incluso sus primeras ganancias desde 2019.
Sin embargo, una nueva crisis estaba a la vista.
Con la llegada del verano, la oferta de las aerolíneas ha caído por debajo de la demanda y muchas compañías han tenido que cancelar vuelos, miles de viajeros se han quedado varados en los aeropuertos por días y algunos incluso no han podido recibir sus equipajes por semanas.
Lo han llamado «el Armagedón de los viajes«.
Y es que la industria enfrenta una notable crisis de personal, lo que ha llevado a algunos aeropuertos del mundo, como el de Heathrow, en Londres, a pedir a las compañías que disminuyan sus vuelos porque no dan abasto ante la cantidad de pasajeros.
Y en medio de la carencia de personas para cargar equipaje, aviones con pocos ayudantes de vuelo e incluso, acumulaciones récord de maletas en los aeropuertos, gran parte de las aerolíneas se han quedado también sin pilotos, lo que ha obligado a dejar centenares de vuelos en el suelo.
Mayor amenaza
Para muchos analistas y ejecutivos de la industria, este es el desafío más grave que enfrentan.
«La escasez de pilotos es la mayor amenaza para la industria que he presenciado desde el 11 de septiembre«, dijo recientemente al Congreso de EE.UU. el director ejecutivo de Mesa Air Group, Jonathan Ornstein.
Y es que si bien la carencia de comandantes de vuelo ha afectado la industria por todo el mundo, en Estados Unidos se lo han sentido particularmente.
Las principales aerolíneas allí han anunciado planes para contratar entre 12.000 y 13.000 este año y en 2023, y aproximadamente 8.000 en 2024.
Algunas, incluso, han tenido que bajar o modificar sus requisitos o buscar pilotos en otras naciones: Frontier Airlines está contratando en Australia, Delta Air Lines eliminó algunos de su requisito para contratar a comandantes de vuelo y otras, como American, han comenzado a usar autobuses para trayectos que antes se hacían en aviones.
Pero ¿qué hay detrás de esta situación?
Una larga crisis
Según explica a BBC Mundo Stuart Fox, Director de Operaciones Técnicas y Vuelo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) la actual carencia de pilotos es un problema que se manifestaba desde antes de la pandemia.
«A largo plazo, siempre se pronosticó un déficit de pilotos, dado que habrá una mayor demanda de pasajeros que requerirá más pilotos y también es probable que haya un aumento de la jubilación de pilotos en el futuro», dice.
Ya desde 2016, Boeing había pronosticado que la industria de la aviación a nivel mundial requeriría 679.000 nuevos pilotos hasta 2035, mientras Airbus consideró que en el mismo lapso serían necesarios cerca de medio millón de ellos.
Pero según explica Fox, luego la pandemia agravó e hizo más inmediata una situación que ya se veía venir.
«Ciertamente, la causa de la crisis actual es la pandemia y, debido al aumento de la demanda, se ha están necesitando más pilotos», explica el experto de la IATA, quien ve la actual crisis como un problema «a corto plazo».
«Dada la incertidumbre sobre la pandemia, las aerolíneas tuvieron que implementar programas como promover el retiro temprano de pilotos o recortes de personal. Eso provocó la demanda a corto plazo que vemos en este momento, que ha sido causada básicamente por la crisis del covid», opina.
Y aunque mucho se habló de esta situación en EE.UU., países de todo el mundo vivieron una situación similar.
Para que se tenga una idea, según datos de Federación Australiana de Pilotos Aéreos, alrededor del 23% de sus miembros fueron despedidos durante la pandemia.
Una carrera cara
Desde hace años, grandes aerolíneas de todo el mundo, principalmente en el Medio Oriente y Asia, han desarrollado una feroz competencia en la que ofrecen grandes incentivos a pilotos para que trabajen para ellos.
Las grandes compañías también han comenzado a contratar personal de las más pequeñas, lo que ha hecho que muchas aerolíneas regionales se encuentren entre las más afectadas, tanto en EE.UU. como en el resto del mundo.
Y es que más allá de la pandemia, la preparación requerida para volar un avión en la mayoría de los países es no solo altamente exigente, sino sumamente costosa (un entrenamiento de menos de un año para una licencia básica puede costar más de US$90.000), lo que impide que se convierta en una profesión accesible para mayorías.
En algunos países, como Estados Unidos, se han agotado también algunas fuentes anteriores de reclutamiento, como solían ser las fuerzas armadas: el uso de drones ha llevado a que el número de militares que recibe entrenamientos de vuelo como piloto ha disminuido en los últimos años, según datos oficiales.
Ante esta situación, el paso del tiempo también ha cobrado su cuota: muchos pilotos se han jubilado y, solo en Estados Unidos, más del 13% de los pilotos llegarán a la edad de jubilación dentro de cinco años, según datos la Asociación Regional de Aerolíneas.
Medidas desesperadas
A lo largo del mundo, las compañías están buscando medidas para tratar de solucionar esta situación.
«Las aerolíneas han estado abordando esta necesidad de muchas maneras, incluida la creación de nuevos programas piloto de capacitación, la mejora de los esfuerzos de reclutamiento, el aprovechamiento de las comunidades para aumentar la diversidad (género y raza) y la implementación de programas para abordar los obstáculos financieros», dice a BBC Mundo Hannah Walden, de Airlines for America, que representa a las mayores aerolíneas estadounidenses.
Y es que solo en ese país, que tiene una de las leyes más restrictivas y severas, varios legisladores incluso han propuesto cambiar leyes federales que limitan la edad de jubilación o las horas de vuelo requeridas, lo que ha sido visto como un ejemplo de una situación global incluso más complicada.
En algunos países, como India, algunas aerolíneas han comenzado incluso contratar a pilotos jubilados por la carencia de personal que también viven.
Diversos sindicatos también han denunciado que esta situación ha llevado a muchos pilotos a trabajar horas extras y a soportar mayores condiciones de estrés.
«Es una lucha todos los días allá afuera. Nuestras tasas de fatiga reflejan eso«, aseguró a medios estadounidenses Casey Murray, presidente de la Southwest Airlines Pilots Association.
En los primeros cinco meses de este año, el sindicato asegura que recibió el triple de reportes de fatigas y cansancio en los pilotos que un año antes.
Una vocera de la Alianza de Pilotos de Aerolíneas (ALPA), el mayor sindicato de este tipo en EE.UU. aseguró a BBC Mundo que este tipo de situaciones, unido a la solicitud de medidas para rebajar las horas de vuelo para unirse a ciertas aerolíneas o aumentar la edad de jubilación, podría afectar la seguridad aérea.
«Si bien estamos de acuerdo en que podemos hacer más para ayudar a que la profesión de piloto esté disponible para todos, ALPA se opone a cualquier intento de disminuir la seguridad como elevar la edad de jubilación de los pilotos y a cualquier intento de utilizar una narrativa falsa para cortar el servicio o reducir la seguridad», dijo.
Fox asegura que es todavía pronto para tener una idea de cuándo se solucionará este problema o si sus repercusiones serán mayores en años venideros.
Pero ejecutivos de algunas grandes aerolíneas estiman que la situación se podría extender por más de un quinquenio.
«La escasez de pilotos para la industria es real, y la mayoría de las aerolíneas simplemente no podrán cumplir sus planes de capacidad porque simplemente no hay suficientes pilotos, al menos no durante los próximos cinco años o más», pronosticó Scott Kirby, director ejecutivo de United Airlines.