El cantante estadounidense R. Kelly fue sentenciado este miércoles a 30 años de prisión, nueve meses después de ser declarado culpable de dirigir un esquema para el abuso sexual de mujeres y niños.
En septiembre del año pasado, un jurado de Nueva York condenó al músico de 55 años por un cargo de crimen organizado y ocho más de tráfico sexual.
La estrella de R&B, nacido en Chicago como Robert Sylvester Kelly, ya ha pasado cerca de tres años tras las rejas.
Durante el juicio fue confrontado por las víctimas que lo acusaron de abuso sexual a lo largo de décadas. También enfrenta cargos criminales en otros tres casos que aún no se resuelven.
El cantante, conocido por las exitosas canciones I Believe I Can Fly e Ignition (Remix), fue responsabilizado por ser el cabecilla de un esquema violento y coercitivo para atraer a mujeres y menores y abusar sexualmente de ellas.
Los miembros del jurado a lo largo de seis semanas en Brooklyn escucharon cómo traficó mujeres entre diferentes estados de EE.UU., con la ayuda de managers, guardias de seguridad y otros miembros de su séquito, durante dos décadas.
El tribunal también recibió evidencias de cómo Kelly había obtenido ilegalmente documentos para casarse con la cantante Aaliyah cuando ella tenía 15 años, en 1994, siete años antes de que la cantante muriera en un accidente aéreo.
El certificado de nacimiento indicaba que la edad de Aaliyah era de 18 años. El matrimonio se anuló meses después.
Los fiscales dijeron que el músico mostró un «desprecio insensible» por sus víctimas y nada de remordimiento.
«De hecho, las décadas de delincuencia del acusado parecen haber sido alimentadas por el narcisismo y la creencia de que su talento musical lo absolvía de cualquier necesidad de ajustar su conducta -sin importar cuán depredadora, dañina, humillante o abusiva era hacia los demás- a las restricciones de la ley», dijeron.
Pero su equipo legal argumentó que en la actualidad ya no era «un riesgo para el público» y que no merecía más que la sentencia mínima de una década en prisión.
En documentos judiciales recientemente revelados, Kelly fuer retratado como un «genio musical» que creció pobre en un hogar plagado de violencia doméstica, que sufrió abuso sexual desde una edad temprana y, por lo tanto, se volvió «hipersexual».
La abogada Jennifer Bonjean agregó que su cliente no es un «monstruo depredador sexual unidimensional» o un pedófilo.
Se sabe que el tiempo que ha pasado tras las rejas ha sido difícil, pues sufrió una paliza por parte de un compañero de prisión en 2020 y se enfermó de covid-19 a principios de este año.
Los problemas legales del cantante seguirán en agosto, cuando volverá a ser juzgado en un tribunal federal, esta vez en Chicago, por tráfico de imágenes sexuales de niños y cargos de obstrucción de la justicia.
También debe enfrentar cargos de abuso sexual en los tribunales estatales de Illinois y Minnesota.