Una ola de calor sin precedentes afecta gran parte del oeste de Europa.

Las temperaturas sofocantes han marcado récord en los últimos días en varias naciones y, solo este martes, Reino Unido rompió tres veces en un mismo día sus marcas históricas y llegó a los 40,3 °C, una cifra jamás registrada allí.

Francia emitió advertencias de calor extremo, Países Bajos registró también un récord de temperaturas para el mes de julio y en Bélgica un fuego provocado por el calor destruyó varios vehículos.

Los incendios forestales en Francia, Portugal, España y Grecia han obligado a miles de personas a evacuar sus hogares y, aunque todavía se desconocen las cifras oficiales, se estima que el número de muertes es elevado.

De acuerdo con los pronósticos, la ola de calor se dirigirá en los próximos días hacia el norte y se espera que la temperatura llegue también a los 40 °C en el extremo sur de Bélgica, así como en el oeste y suroeste de Alemania.

Los meteorólogos en Italia advirtieron que la temperatura podría estar entre los 40 y 42 °C entre el miércoles y el viernes.

Los expertos han advertido que las olas de calor se están haciendo cada vez más frecuentes, más intensas y más duraderas debido al cambio climático inducido por el hombre.

Este martes, la ministra de Medio Ambiente de Alemania, Steffi Lemke, dijo que la crisis climática significa que su país y Europa tendrán que repensar sus preparativos para el clima muy cálido, la sequía y las inundaciones.

Los efectos del cambio climático en Europa ganaron titulares a inicios de este mes cuando el derretimiento de un glaciar causó una avalancha que mató a 11 personas en Italia.

Ahora, los expertos han advertido que se están abriendo nuevas grietas en los picos alpinos y que el hielo se está derritiendo incluso en la montaña más alta de Europa occidental, el Mont Blanc.

El mundo ya se ha calentado alrededor de 1,1 °C desde que comenzó la era industrial y las temperaturas seguirán aumentando a menos que los gobiernos de todo el mundo hagan recortes drásticos en las emisiones.

Pero, si bien el calentamiento global es la causa de fondo, ¿qué está provocando en particular esta inusual ola de calor en Europa?

La explicación

Numerosos académicos, expertos e incluso la Organización Meteorológica Mundial (OIM) han explicado desde inicios de mes la conjunción de factores en el clima del planeta que ha llevado a la actual situación.

En su página web, la OIM explica que la ola de calor se originó en el norte de África y ha ido subiendo gradualmente hacia el norte.

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El meteorólogo Scott Duncan explicó en el programa Newsnight de la BBC que la ola es un resultado de un calentamiento provocado por las temperaturas del verano boreal en el desierto de Sahara, que coincidió con un sistema atlántico de baja presión entre las islas Azores y Madeira.

Según dijo, este sistema alimenta el frente cálido, lo que lo ha empujado hacia Europa occidental.

«El eje de baja presión cerca de Portugal actúa como un motor para elevar el calor hacia el norte», explica.

Las corrientes de chorro

Pero detrás de este comportamiento está otro fenómeno atmosférico que ha hecho que las corrientes de calor suban tan drásticamente hacia Europa.

Según explica el sitio especializado AccuWeather, está relacionado con el comportamiento que ha tenido últimamente la corriente de chorro, una especie de «río de aire» que fluye rápidamente de este a oeste a gran altura en el hemisferio norte.

El meteorólogo de la BBC, Nick Miller, comenta que durante la semana pasada, la corriente de chorro en Europa y América del Norte estuvo dominada por fuertes crestas de alta presión, también conocidas como cúpulas de calor.

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Estas oscilaciones conectan las dos olas de calor continentales (la europea y la norteamericana) a través de un patrón de ondas atmosféricas, lo que ha hecho que la incidencia sobre partes de Europa sea mucho mayor.

Esto se debe a que las fuertes corrientes de aire del Atlántico también intensifican la alta presión en el continente.

Un futuro preocupante

Duncan explica que las olas de calor no son nada nuevo: han existido incluso antes de que apareciera el hombre.

En la naturaleza tienen incluso un efecto «beneficioso», ya que ayudan a trasladar el calor -y, por tanto, la energía- desde el ecuador hacia los polos.

Sin embargo, el problema radica en que la acción humana sobre el planeta las está haciendo cada vez más frecuentes y muchas naciones, como las europeas, no están preparadas para ello.

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«El problema es que las hemos visto intensificarse durante las últimas décadas y no estamos preparados para esto. La huella del cambio climático está detrás de todo esto y es previsible que en el futuro tengamos olas incluso más intensas», le dijo a Newsnight.

El meteorólogo añadió que si bien la ola afecta ahora partes de Europa, el aumento de las temperaturas es una cuestión global, por lo que todo el mundo puede verse afectado en fechas venideras.

«Estaremos viendo récords de calor que se rompen continuamente en todo el mundo a medida que aumenta la temperatura promedio global», afirmó.